Como todos los años la Iglesia celebra el 1 de Enero, Fiesta de Santa María Madre de Dios, la Jornada Mundial de la Paz. A la paz hay que prepararla, la debemos conquistar, para ello es necesario tener certezas y encontrar testigos que vayan haciendo su camino. La paz no se impone, es fruto de la verdad, de la justicia y del amor. A ella se oponen los egoísmos, los deseos de dominio sobre el otro, la guerra, la muerte, el comercio de la droga, la ausencia de valores morales que rijan la conducta del hombre y de los estados, en esta lista podríamos extendernos desgraciadamente.
Pablo VI, que inauguró hace 44 años esta Jornada, decía que se necesitan para alcanzar la paz en el mundo: “sobre todo armas morales, que den fuerza y prestigio al derecho internacional”. Es tarea del Derecho dar a cada uno lo que le corresponde, a nivel internacional es un escándalo asistir a situaciones que ofenden la dignidad del hombre.
Pablo VI, que inauguró hace 44 años esta Jornada, decía que se necesitan para alcanzar la paz en el mundo: “sobre todo armas morales, que den fuerza y prestigio al derecho internacional”. Es tarea del Derecho dar a cada uno lo que le corresponde, a nivel internacional es un escándalo asistir a situaciones que ofenden la dignidad del hombre.
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